¿Y tú, qué tan cerca estás de una enfermedad tecnológica?

En los últimos años el crecimiento tecnológico nos ha orillado a mantener una relación cercana con equipos de tecnología de la información como: computadoras, tablets, celulares, teclado, ratón, los cuales en su mayoría se usan de manera digital, las manos son las protagonistas de su uso, esto se ha vuelto tan cotidiano que olvidamos que requieren cuidados, que existen formas en las que podemos causar un deterioro o incluso, un daño irreversible.

Es el caso de Félix, un joven de 25 años que en tiempos de pandemia tuvo una jornada laboral complicada y estresante, como actividad de entretenimiento y para compensar el estrés laboral, en su tiempo libre disfrutaba de jugar en su tableta varias horas al día recostado en la cama. Está posición implicaba tener la tableta en posición horizontal, elevada sobre el cuerpo formando un ángulo de 90° con los brazos, sosteniendo la tableta con el anular y pulgar de cada mano realizado movimientos repetitivos por horas con el resto de sus dedos.

Después de un año de mantener este hábito, de un momento a otro, Félix comenzó a sentir entumecimiento y rigidez en ambas manos que aumentaba al momento de jugar, posteriormente el dolor era más intenso y no cedía, lo que derivó en una limitación de sus actividades diarias; es decir, no podía cargar y sujetar cosas con las manos, tampoco usar el teléfono celular, ni la tableta, mucho menos un teclado, incluso sus actividades laborales se vieron afectadas por lo que se vio obligado a acudir al médico.

El diagnostico de Félix fue: Síndrome del túnel del carpo bilateral (en ambas manos), provocado por el aumento de la presión sobre el nervio mediano al nivel de la muñeca; este padecimiento produce dolor hasta el antebrazo similar a calambres y hormigueos que predominan al mover o realizar esfuerzos con los dedos pulgar, índice y medio; estos síntomas suelen agudizarse durante la noche.

El tratamiento para contrarrestar el daño al nervio mediano consiste en inmovilizar las manos y aplicar a la muñeca el uso de férulas, de masajes terapéuticos y de medicamentos desinflamatorios, vía oral o inyectados. Cuando estas medidas no muestran resultados, el paciente tendrá que someterse a una cirugía de liberación del túnel del carpo; sin embargo, si el daño es grave y se deja pasar desapercibido, puede terminar en una parálisis de la mano afectada.

Félix se encuentra en recuperación y, con esta no tan grata experiencia, ha comprendido que utilizar la tecnología de manera inconsciente, con demasiada frecuencia, en una posición o movimiento constante y por un largo rato, puede causar padecimientos médicos limitantes…

¿Y tú, qué tan cerca estás de una enfermedad tecnológica?

Carmen Siomara Nolasco. Asesora académica del Programa de Servicio Social Unamita ¡Ciérrale a la Brecha Digital!

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