El robo de información: algo realmente cotidiano

La semana pasada me llegó un mensaje de WhatsApp que decía así: “Su contacto X, a quien no hemos localizado, tiene una gran deuda con nosotros; debido a que Usted es su fiador, le solicitamos que pague el monto correspondiente. Gracias”, sin duda alguna ¡me querían extorsionar! Tan pronto como fui contactada, le marqué y expliqué lo ocurrido; él, muy apenado, me comentó que fue víctima de hackeo, ya que en días anteriores entró a un link sospechoso que le robó todos sus contactos.

Foto: Ananya Jain

Ciertamente, lo que le paso a mi contacto es algo que nos puede ocurrir a cualquiera de nosotros; nuestra información se encuentra totalmente vulnerable. En la actualidad, existe un sinnúmero de maneras para robarnos la información, o bien, para extorsionarnos, desde las “novedosas” ofertas de trabajo y los cargos “ficticios” a nuestras tarjetas de crédito, hasta las “increíbles” herencias de nobles moribundos que pretenden dejar todos sus bienes a quien ose depositar cierta cantidad de dinero.

Ante el inminente riesgo que hay en la actualidad, debemos de tomar todas las medidas necesarias al usar la tecnología, eso forma parte de ser un buen “ciudadano digital”. Debemos de estar conscientes de que con cada clic que hagamos ¡estamos compartiendo información! Debido a lo anterior, lo más recomendable es que seamos extremadamente cautelosos al momento de usar el Internet al momento de mandar y recibir mensajes a través de WhatsApp.
Para proteger nuestra identidad al momento de navegar por la red, sugiero que tomemos en cuenta las siguientes recomendaciones:

  1. Peter-Lomas / 168 images

    No acceder a enlaces sospechosos.

  2. No compartir abiertamente nuestros datos personales.
  3. Utilizar contraseñas seguras.
  4. Verificar siempre la información que nos manden, en especial, aquella que parezca sospechosa.
  5. Leer todas las letras “chiquitas”.

De esta forma, podremos estar un poco más protegidos.

Después de lo sucedido, mi contacto tuvo que comentarle la situación a todos los afectados; cambió su número telefónico, modificó todas sus contraseñas —incluso las de sus Apps bancarias— y le compartió a la policía cibernética la existencia de ese enlace sospechoso.

Espero que la experiencia de mi contacto nos sirva como lección para que recapacitemos en torno la seguridad en el uso de las tecnologías. Yo ya comencé a hacerlo ¿Y tú, ya lo haces?

Mara Nieto Hernández. Asesora académica del Programa de Servicio Social Unamita ¡Ciérrale a la Brecha Digital!

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