La primera imagen que se presenta al escuchar la palabra hacker es la de una persona que se dedica a robar información y obtener beneficios ilegales. Este término, como muchos en la actualidad, sufre de una imprecisión significativa y generalizada principalmente por la falta de información, la falta de interés de muchos por saber más quedando solo en nociones y la exposición mediatica que sufrió en los años 1990 que después los medios masivos de comunicación reafirmaron la desvirtuación del término. Eso es peligroso porque crea estereotipos que pasan a ser prejuicios para convertirse en discriminaciones.
¿Entonces que es un hacker en realidad? Un hacker “es todo individuo que se dedica a programar de forma entusiasta, o sea un experto entusiasta de cualquier tipo” (Guerra, 2017) y el DLE (23ª edición) lo define como “persona experta en el manejo de computadoras, que se ocupa de la seguridad de los sistemas y de desarrollar técnicas de mejora”. Estas son las definiciones y aunque el término puede ser aplicado a cualquier entusiasta de alguna actividad humana pero dentro de la tecnología es donde tiene mayor relevancia, principalmente en el desarrollo de software y la seguridad informática.
Pero, ¿cómo deberíamos llamar a las personas que se dedican a algo diferente a la seguridad informática? El término más correcto es la de pirata informático; sin embargo se ha generado una clasificación alrededor del término hacker dependiendo de las intenciones con el que se use el conocimiento. Así, hay hackers de sombrero blanco que promueven la seguridad de los sistemas; los de sombrero negro que son conocidos como crackers que tienen la intención de hacer daño a los sistemas; también están los de sombrero gris que tienen la misma habilidad que los crackers pero que cobran para reparar el daño; los de sombrero azul que los motiva la venganza y los de sombrero dorado que son los que prueban la seguridad de los sistemas hasta su máximo límite. Existen otras clasificaciones que incluyen a los phreakers, lamers y newbees. Estos últimos son los novatos que se creen hackers pero no lo son porque solo utilizan software que les ayuda a sus fines pero no tienen ningún conocimiento significativo sobre programación y desarrollo de software.
Por último aunque no se crea, hay una ética hacker en tres principios definidos (Chance, 2005) citando a Raymond (2003): a) compartir información es bueno; b) bajo una responsabilidad ética; c) facilitando el acceso a computadoras cuando sea posible. Así que cuando escuchen la palabra hacker, ya saben su significado y deberán preguntarse inmediatamente qué tipo de hacker es.
Para más información:
Himanen, Peka (2002). La ética del hacker y el espíritu de la era de la información. Descarga aquí
José Daniel Guerrero Gálvez. Asesor académico del Programa de Servicio Social Unamita ¡Ciérrale a la Brecha Digital!